RELACIONES INTERCULTURALES Y DIVERSIDAD
El mundo tan globalizado que tenemos hoy día, nos ha llevado a una
relación dinámica del encuentro de culturas, de ahí la importancia de las
buenas relaciones interculturales, tanto en el ámbito personal, educativo y en
el de los negocios, sobre todo este último, dada la expansión de las empresas
con motivo de la apertura de fronteras en el ámbito internacional, para hacer
negocios, situación que amplía las relaciones culturales, económicas y políticas.
Dado el antecedente expuesto en el párrafo anterior, es muy probable que
nos encontremos con personas de culturas diferentes a la nuestra, ya sea en el
trabajo, en los centros educativos o cuando estemos de viaje. De ahí la
importancia de saber como tratar, trabajar o comunicarnos con todos esos grupos
diversos a nosotros, bajo el paraguas de la diversidad.
Ahora bien, para entender que es diversidad cultural e
interculturalidad, es importante definir que estamos entendiendo por cultura,
al respecto la UNESCO
(2001) en su “ Declaración mundial de la diversidad cultural, define la cultura
como: "como el conjunto de los rasgos
distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que
caracterizan a una sociedad o a un grupo social y que abarca, además de las
artes y las letras, los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los
sistemas de valores, las tradiciones y las creencias.”
Con motivo de esta
definición, Zúñiga y Ansión (1997), citados por Peñalosa y otros, señalan que:
" (…) al asumir esta
definición operativa de cultura, es importante recordar que una cultura se
gesta al interior de los diversos grupos a los que los humanos se unen por
diversas afinidades, sean éstas ideológicas, de clase, de credo, de origen
territorial, de origen étnico, de edad, de sexo, etc. En estos grupos se
generan y comparten modos de ser y hasta un lenguaje propio que son
cultura". Más adelante señalarán que "la cultura no tiene existencia
en sí misma, sino que se refiere a actitudes acostumbradas y a maneras de ser
compartidas (dimensión social) de las personas en concreto (dimensión
individual)". Esto es importante señalarlo porque es lo que nos da pie
para poder entender mejor lo que es la diversidad cultural y la
interculturalidad.
Diversidad cultural e
interculturalidad
De acuerdo con Peñalosa y otros (2008), como
seres que vivimos en relación, la cultura tenemos que verla también con las
características antes descritas, ya que no se dan en el aire. Nuestras propias
culturas entran de forma concreta en una relación dinámica con otras culturas.
Nos damos así cuenta de que existe una diversidad cultural a nuestro alrededor,
es decir, otras formas de percibir al mundo, la naturaleza, la relación consigo
mismos y con los demás, con las cuales podemos o no coincidir en un primer
momento o posteriormente. Así la diversidad cultural se presenta en espacios
definidos donde coexisten grupos humanos con tradiciones culturales diferentes.
El concepto de interculturalidad trata de
describir la interacción entre dos o más culturas de un modo horizontal y
sinérgico, es un proceso de comunicación e interacción entre personas y grupos
culturalmente diferenciados donde no se permite que un grupo esté por encima
del otro, favoreciendo en todo momento el diálogo horizontal y convivencia. Las
relaciones interculturales suponen el respeto hacia la diversidad; aunque no se
puede evitar el desarrollo de conflictos, éstos se resuelven a través del
respeto, el diálogo y la concertación. La interculturalidad no trata solo de la
interacción que se da a nivel geográfico, se dirige también, a todas aquellas
situaciones en que se presentan diferencias.
La
relación entre las diversas culturas que conviven en cualquier país es una
relación entre las personas y de ahí sobreviene su complejidad. Cuanto más estratificado
socialmente sea un país, esa relación tenderá a ser no solo compleja, sino
conflictiva. Es necesario reconocer y asumir el conflicto cuando se presente,
pues éste implica contacto con el otro, condición básica para la construcción
de una identidad, sea personal o cultural, social.
Entender las diferencias culturales
Para cooperar e
interactuar con éxito con personas de otros países y culturas, no es suficiente
tener amplios conocimientos a nivel técnico y lingüístico. Es además requisito
fundamental comprender formas de trabajar, pensar y comunicar diferentes a las
propias. El desconocimiento de las diferentes características culturales que afectan
a la vida laboral, puede dar lugar a malentendidos que podrían ocasionar el
fracaso de la cooperación. En cambio, si sabemos reconocer las diferencias y
gestionarlas de una manera provechosa, las podemos convertir en aspectos
favorables.
Para lograr este cometido se hace necesario conocer y
comprender las diferencias culturales que influyen en la manera de trabajar y
comunicarse con los demás. Elaborar tácticas para interactuar de manera más
eficiente con personas de otras culturas y
aprender a utilizar herramientas
para mejorar la comunicación y resolver posibles conflictos.
En
el mundo laboral, en la actualidad se considera que la competencia
intercultural va a ser o es ya, un elemento clave en el logro profesional
intercultural y una base primordial para el ejercicio de la ciudadanía por
parte de aquellas personas que se encuentren en contextos culturales que no
sean los propios. Según Aneas (2009): La competencia intercultural posibilitará
a la persona a un mejor desempeño profesional cuando se den relaciones
interculturales, y propiciará la integración socio laboral de minorías
culturales.
En
este sentido, (Aneas, 2009). “(…) concibe la cultura no sólo como un conjunto de
factores visibles como pueden ser la lengua, el origen geográfico, la
etnicidad, etc. sino que incluye otros elementos de naturaleza cognitiva y
afectiva que afectan a la persona, su identidad, conductas y juicios, tanto con
relación a sí mismo como con relación a la interacción con la naturaleza y las
otras personas. Por ello mismo, es muy importante que no se circunscriba el
ámbito de acción de la competencia intercultural a contextos productivos. La
educación, la intervención social y sanitaria, incluso en organizaciones sin
ánimo de lucro, son entornos en los que se plantean metas y se desarrollan
actividades profesionales (gestión, intervención, comunicación...); cuando
dichas actividades afectan a personas de diversas culturas, se generan
relaciones interculturales para las que la competencia intercultural resulta ser
un factor fundamental. Así pues, que quede claro desde un inicio: la
competencia intercultural es un atributo transversal, valorable y útil a todas
las personas que trabajan en relación con personas de otras culturas y, por lo
tanto, posible recurso para el ejercicio de la ciudadanía o medio para el logro
de la misma.
Leboyer
(1996, citado por Aneas (2009) indica que el concepto de competencia
intercultural ha sido utilizado desde diversas acepciones semánticas como
autoridad, capacidad profesional, competición, cualificación, incumbencia e
incluso como suficiencia.
Por
lo antes expuesto, se considera que la competencia intercultural de una persona
implicaría que se le califica como hábil, eficiente o apta para desarrollar sus
tareas y funciones en contextos profesionales multiculturales. Pero esta
capacidad, esta competencia comporta toda una serie de requisitos, actitudes,
destrezas, conocimientos que son los que permiten, a dicha persona, dar una
respuesta adecuada a los requerimientos de tipo profesional, interpersonal y
afectivo que emergen de los citados contextos multiculturales.
Según
Aneas (2009), las bases que determinan la competencia intercultural se podrían
establecer a partir de dos grandes ámbitos: la cualificación profesional y, las
bases psicosociales de las relaciones interculturales.
Por
otro lado la revisión de la literatura ha mostrado como en las relaciones
interculturales, es decir, la situación en la que personas de diversas culturas
entran en contacto, se activan una serie de procesos psicológicos y sociales
que determinan la naturaleza y resultado de las mismas. De dichos procesos cabe
destacar la generación de ansiedad causada por la situación de incertidumbre
que sienten las personas al actuar o interactuar en contextos culturales no
propios. Ilustrando tal sensación, Stephan, Stephan y Gudykunst (1999) citados
por Aneas (2009) consideran que:
“Cuando personas que proceden de diferentes
grupos interactúan, experimentan de un modo u otro cierta preocupación.
Preocupación que puede deberse a la posibilidad de no ser suficientemente
capaces para desenvolverse, preocupación de salir perjudicado del encuentro,
preocupación por poder ser víctima de malos entendidos, afrentas, etc. La
ansiedad generada por todas estas posibilidades puede crear en sí misma
dificultades y afectos que dificulten dicha relación”
Tomando como base a lo anterior de Aneas (2009) cabría decir:
“La persona con competencia intercultural
evaluaría apreciativamente los aspectos de su propia conducta profesional, de
las conductas de las otras personas con las que ha de relacionarse, y los
requisitos del trabajo y la organización desde la perspectiva de la cultura.
Siendo capaz de dar respuesta a dichos requerimientos (técnicos, sociales e
institucionales) mediante conductas fruto de la reflexión, la comprensión y la
sensibilidad intercultural. Conductas fruto de una
actividad dialógica y crítica, en la que el conocimiento de uno y respeto por
el otro, sean las bases sobre las que analizar las situaciones y plantear las
respuestas más adecuadas de una manera proactiva”.
Los
efectos de la competencia intercultural son diversos y abarcan dimensiones
psicológicas, sociales o profesionales tanto en el plano social como en el
individual. Dichos efectos son la adaptación social, la integración cultural,
el incremento de la idoneidad profesional y la salud psicológica y tienen, estrechas relaciones con el ejercicio de la
ciudadanía.
Aneas
(2009) concluye, que la competencia intercultural, debido a los conocimientos,
actitudes y capacidades que comporta, sus efectos en la persona y en el entorno
en que se manifiesta puede ser un recurso clave par el ejercicio de la
ciudadanía en una sociedad plural.
Por
último, Bartolomé (2002) citado por Aneas (2009) considera que en una sociedad en la que todos los que vivimos
y trabajamos en ella, debemos aspirar a construir un proyecto común de sociedad
y aprender a desarrollar en este espacio común compartido, una sociedad democrática.
Barreras de la comunicación intercultural
De acuerdo con
Nobleza y Lande (s. f.), la comunicación intercultural puede ayudar a crear una
atmósfera que promueva la cooperación y el entendimiento entre las diferentes
culturas, y posee características especiales que le pueden permitir realizar
tal función. Estas características son: sensibilidad a las diferencias
culturales y una apreciación de la singularidad cultural; tolerancia para las
conductas de comunicación ambiguas; deseo de aceptar lo inesperado;
flexibilidad para cambiar o adoptar alternativas; y expectativas reducidas
respecto a una comunicación efectiva; por ejemplo, uno estará satisfecho si ha
logrado comunicarse al menos a cierto nivel de entendimiento, en vez de a un
nivel de entendimiento total.
La comunicación
intercultural es una materia orientada hacia la práctica. Su enfoque central
está en las fallas y problemas de comunicación intercultural en contextos
interculturales o multiculturales. La habilidad en la comunicación
intercultural se puede aplicar en la administración de empresas, el desarrollo
de trabajo y otros campos del conocimiento a asesoría, en los que se interactúa
con personas de orígenes y culturas diversas.
Nobleza y Lande
(s. f.), definen “(…) la comunicación intercultural como el proceso de interacción simbólica entre
individuos y grupos que tienen diferencias culturales reconocidas en la
percepción y las formas de conducta, de tal manera que esas variaciones
afectarán significativamente la forma y el resultado del encuentro.”
El concepto de
diferencia es una dimensión importante de la comunicación intercultural. El
aspecto crítico es el grado de diferencia que existe entre los participantes.
Algunas
variables culturales en las que se puede estimar el grado de diferencia incluyen
el lenguaje, los códigos no verbales, el rol en las relaciones, la forma de ver
el mundo y los patrones de pensamiento. Dichas variables pueden influir en la
forma, la dirección y el resultado del encuentro intercultural.
Blanca (2013), señala
que los procesos
ligados a la comunicación son complejos. Los principales problemas en la
comunicación residen en que el mensaje
que puede que nos sea comprensible para parte de los interlocutores no lo es para todos y
por ello no se puede formar diálogo entre ellos.
Por otro lado cabe señalar que a veces es del todo imposible trasmitir con certeza absoluta lo que se
está pensando, o el mensaje en cuestión hacia nuestro interlocutor, ya
que cuando se expresa una idea se debe codificar en palabras para trasmitirla y
a su vez el que la recibe tiene que decodificar el mensaje para formar su
propia idea, que no siempre coincide. Es así que en este proceso se producen
modificaciones que dificultan la comunicación y su comprensión.
También los distractores tienen
importancia cuando el mensaje no llegue
adecuadamente al o a los receptores. Uno de los principales distractores
es el ruido, entendido este como
cualquier proceso que impide que se transmita adecuadamente el lenguaje aunque
existen de varios tipos.
En este proceso
se identifican 3 tipos de barreras:
Barreras Ambientales:
Hablamos de barreras ambientales cuando el tipo de barrera para la
comunicación proviene del ambiente; son
por tanto barreras de tipo impersonal. Pueden ser de muchos tipos como físicas,
como los ruidos, visuales una incomodidad física que impida que el mensaje se
transmita adecuadamente. Es un tipo de barrera muy fácil y a su vez, muy fácil
de solventar.
Barreras Verbales:
Las barreras verbales provienen de los emisores o de los receptores
del mensaje. Puede ser simplemente que el emisor emita muy rápidamente el mensaje. Otra de las barreras verbales
más habituales consiste en que el emisor
y el receptor no comparten el mismo código, esto es, el idioma en el
cual se emite el mensaje con lo cual la comunicación se torna imposible. Otra
de estas barreras verbales consiste en la falta de conocimiento que el receptor tiene del tema, sobre el que
versa la comunicación.
Barreras Interpersonales:
Entre las barreras
interpersonales que impiden la comunicación se encuentra la percepción. Cada una de las personas
que recibe un mensaje realiza una adscripción
de significado de lo que se encuentra oyendo y esto depende mucho de la
posición subjetiva del oyente sobre
el mensaje.
La diferente interpretación del
mensaje también tiene mucho que ver con
el bagaje cultural o profesional del receptor ya que si, por ejemplo, el
receptor es ducho en la materia del mensaje tendrá mayor comprensión de lo que
se está hablando.
Una
forma pero no la única para solventar las barreras de comunicación son los distintos
procesos educativos, que en algunos casos son lentos.
BIBLIOGRAFÍA
Aneas A. (s. f.) Competencia Intercultural, Concepto, Efectos
e Implicaciones en el Ejercicio de la Ciudadanía. Revista Iberoamericana de
Educación (ISSN: 1681-5653) Revista Iberoamericana de Educación (ISSN:
1681-5653), España.
Nobleza,
C. y Lande, A. (s. f). Comunicación
Intercultural. Consultado el 15 de julio de 2013 de Ewww.lie.upn.mx/docs/Diplomados/LineaInter /Bloque3/... / Lec3.pdf.
Peñaloza,
J. Martínez, L. Peñaloza, C. (2008). Diversidad
Cultural e Interculturalidad. Revista digital Mensajero Ecuvives. Boletín
N° 5. Venezuela.
UNESCO (2001). Declaración Mundial de la Diversidad Cultural, aprobada en la 31ª
Reunión de la Conferencia General, Paris, 2001
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